Un paso hacia una mayor soberanía europea

Este martes 20 de noviembre, las negociaciones entre el Parlamento Europeo, la Comisión y los Estados miembros llegaron a un acuerdo sobre un mecanismo para el intercambio de información sobre la inversión extranjera directa en los Estados miembros. Este acuerdo es consecuencia de una propuesta de reglamento de la Comisión Europea en un contexto de aumento de las inversiones chinas en sectores estratégicos de la economía. Los ecologistas han apoyado esta propuesta desde el principio, a pesar de que las herramientas propuestas podrían mejorarse.

Declaración de Yannick JADOT, Vicepresidente de la Comisión de Comercio Internacional:

“En los últimos años, hubo una explosión de inversiones de países que no comparten nuestros valores (China, Rusia, petromonarchias...) en sectores económicos altamente estratégicos. Era urgente que la UE desarrollara instrumentos políticos comunes para la evaluación política y estratégica de estas inversiones.

A pesar de la reticencia de los Estados a aceptar el intercambio de información y la transparencia, este mecanismo finalmente se hará realidad. La Comisión Europea tendrá un papel central. Establecerá y garantizará el funcionamiento eficaz del grupo de coordinación encargado de examinar la inversión extranjera. Mientras que los Estados europeos dependen cada vez más de inversores extranjeros privados o públicos para compensar la disminución de la inversión pública en sectores estratégicos como la energía, el agua, los medios de comunicación, las infraestructuras de transporte, la tecnología digital o la defensa, era esencial que la UE adquiriera herramientas de información y coordinación para defender su soberanía económica y política. En particular, la UE es un objetivo clave para China, que no duda en utilizar sus inversiones como herramienta de presión a nivel internacional o en el propio Consejo. Aún recordamos la presión china contra los derechos antidumping sobre sus paneles solares.

También es un paso hacia una diplomacia comercial europea común. Mientras que muchos Estados europeos cuentan con mecanismos para controlar la inversión extranjera directa y, por lo tanto, con la posibilidad de rechazar algunos de ellos, todavía no existe nada a nivel europeo.

El texto también alienta los Estados miembros a considerar las violaciones de los derechos humanos en países terceros desde la perspectiva de la seguridad nacional a fin de poner en marcha mecanismos de filtración. Por lo tanto, será posible utilizar mecanismos de filtraje nacionales cuando, en particular, ciertas tecnologías adquiridas a través de la inversión directa de una potencia extranjera puedan ser utilizadas para violar los derechos humanos. Las inversiones chinas o rusas en empresas cuya tecnología podría utilizarse para vigilar a los oponentes o controlar el comportamiento entrarían en esta categoría.

Para los ecologistas, el acuerdo de hoy creará un clima de confianza entre los Estados miembros y generará hábitos de cooperación que reforzarán la soberanía económica y política europea.”